1.892 – Horticultura de la naturaleza humana

MAr Horno  Detrás de los huertos comunitarios del pueblo, siempre ha habido un campo de cuchillos silvestres. Tras las lluvias de acero inoxidable de abril empiezan a brotar pequeñas puntas afiladas que emiten suaves destellos cuando el sol los calienta. A finales de mayo, lucen ya altos y punzantes. Todos los vecinos pasan por allí y recolectan los que necesitan: que si un cuchillo pelador, que si uno panadero, que si otro de trinchar, que si aquel jamonero, que si de espátula, que si de mantequilla. Resultan imprescindibles para las tareas diarias de degollar, filetear, cortar, deshuesar, rebanar o untar viandas.
Aunque, secretamente, todos esperan encontrar otros, muy escasos y codiciados. Crecen como mala hierba y pasan desapercibidos para el ojo poco avezado.
Son pequeños, de mango descolorido, y, se clavan, sin esfuerzo, suavemente por la espalda.

Mar Horno
http://nalocos.blogspot.com.es/2013/12/precipicios-habitados-libro-de.html