1.590 – Los fantasmas de internet

antonio serrano cueto Con puntualidad asombrosa, a las 00,00 horas, justo en el gozne del ayer y el hoy y del hoy y el mañana, Matías recibe en su blog el mismo comentario-advertencia de su esposa Adela:
– Matías, cuídate de los fantasmas de internet.
Y todas las noches Matías teclea la misma respuesta:
– Adela, querida, veo que no has cambiado nada: sigues con las mismas aprensiones que en vida.

Antonio Serrano Cueto
http://antonioserranocueto.blogspot.com/

1.583 – Una belleza sobrenatural

jj millas2 En la mesa de al lado merendaban un feo y una fea de mediana edad. Si la fealdad de cada uno, aisladamente considerada, era cruel, la suma de las dos resultaba inhumana. Tan feos eran que no se podía dejar de mirarlos. Pero ellos, enfrascados en su conversación, permanecían ajenos a la curiosidad de los clientes y camareros de la cafetería. Daban la impresión de vivir dentro de una burbuja que los aislaba del mundo. Tanto era así que cuando me sirvieron el gin-tonic cambié descaradamente de silla para observarlos y escucharlos mejor. Pensé que si su conversación resultaba tan intensa como sus rostros, el momento sería inolvidable. Hablaban de un jugo adhesivo que segregan las patas de las salamanquesas gracias al cual pueden correr por las paredes y los techos como si la fuerza de la gravedad no fuera con ellas. La fea aseguraba haber visto esa madrugada en la tele un documental sobre patas.
-¿Sobre patas? -preguntaba el feo.
-Sí, sí -decía ella-, un documental sobre las patas de las moscas, de las cucarachas y del cangrejo de mar. También del ciempiés.
Me gustan mucho los cangrejos de mar, por lo que me molestó que los colocara en el mismo contexto que a las cucarachas y a las moscas. Para quitarme el mal sabor de boca di un trago que me supo a chinche. Mi padre decía que la ginebra sabía a chinche, aunque jamás había probado uno de estos animales. Yo también sé a qué sabe el curocromo sin haberlo bebido. Rarezas del gusto.
-Soy muy partidario de las cucarachas -dijo el feo.
-¿Hasta dónde de partidario? -preguntó la fea.
-Hasta el punto -dijo él- de que no me importaría tener por presidenta del Gobierno o de reina a una cucaracha.
-Tendría que ser una cucaracha enorme -dijo la fea. -Claro, de nuestro tamaño -dijo él.
Entonces la fea se ruborizó, como si el feo la acabara de piropear. Y en ese instante, milagrosamente, ambos devinieron en dos seres de una belleza sobrenatural. Tuve que pedir otro gin-tonic.

Juan José Millás

Articuentos completos. Seix barral – 2011

1.576 – Nunca pudo…

rafael perez estr22 Nunca pudo peinarse. Su cabellera, pelirroja, ardía como la ilusión recién creada de un pozo de petróleo. Su pelo era una zarza de rojísimo fuego, y ella estaba feliz porque algunos muchachos la trataban respetuosamente, tal si fuera la luz que arde a la memoria de los héroes. Sin embargo, los más osados, que eran también los más hermosos, no dudaban en encender sus rubios cigarrillos en aquella inconsolable llama.

Rafael Pérez Estrada

Los Oficios Del Sueño, 1992

1.562 – Rebajas

isabel mellado Fui a comprarme un abrazo en las rebajas, pero no tenían mi talla. Solo había uno rosado y tupido que me quedaba ancho. La vendedora trató de persuadirme para que lo comprara, argumentando que era calentito y muy práctico, porque me permitía llevar mucho sentimiento puesto. Además, por la compra de uno me regalaban un apretón de manos u otras partes del cuerpo. Sonaba tentador, pero debía pensarlo. Entretanto fui a otro mostrador a oler las sensaciones de la temporada otoño-invierno que este año son de tendencia claramente bucólica derrotista, con un dejo de minimalismo bélico. Ojalá me alcance el dinero para alguna mala intención, un par de sospechas y al menos una corazonada.

Isabel Mellado
Mar de pirañas. Nuevas voces del microrelato español.
Edición de Fernando Valls. Ed. Menoscuarto-2012

1.555 – Chuzos de punta

manuel espada El hombre del tiempo predijo una borrasca de letras «ene». Salí a la calle y unas finas «enes» Times New Roman cuerpo siete mojaron mi pelo. Abrí los brazos y un chaparrón de Tahoma veinte en mayúsculas me caló entero. Emocionado, chapoteé en un charco de «enes» Courier New en negrita hasta que se pusieron en cursiva. Tras el aguacero, el viento alejó los oscuros nubarrones de Aria¡ Black. Ahora brilla el sol y compruebo aterrado cómo comienzan a evaporarse las «enes» de los jardines, de los carteles, de los grafitis, incluso de los cue tos.

Manuel Espada
Mar de pirañas. Nuevas voces del microrelato español.
Edición de Fernando Valls. Ed. Menoscuarto-2012

1.548 – Los peligros de la ambición

Angel-Olgoso Nils Honaffos -escritor en ciernes, y enaltecido por las bellas letras hasta el extremo de jurar que un día habría de encuadernar sus obras con su propia piel- decidió convocar a los espíritus de los grandes maestros antiguos de la poesía noruega para que estos le dieran a beber, secretamente, el elixir de la inmortalidad literaria. Así pues, Nils enterró un sapo junto a un acebo solitario a medianoche y caminó en círculo alrededor del árbol hasta la salida del sol. Con los primeros rayos, emergiendo de entre las cegadoras estelas vítreas de una nube a ras de tierra, se materializaron los grandes poetas con sus barbas de yak y sus impresionantes ropajes de rigor. Tiódolf de Hvin, Tóbiorn el Cuervo y Eyvind Roba-Escaldos entregaron al escritor en ciernes el odre antiquísimo que rezumaba elixir de la inmortalidad literaria. Nils Honaffos bebió el contenido con un largo y fervoroso sorbo y murió en el acto: era tinta; oscura, humilde y ponzoñosa tinta.

Ángel Olgoso
La máquina de languidecer. Ed. Páginas de espuma, 2009

1.541 – Creación y muerte de la nube

rafael perez estrada Dicen las escrituras Tantras: «En el principio fue la nube. De su transparencia nacieron dos elementos: el ángel y el pájaro, siendo aquél padre de las cosas espirituales y éste de las terrenales». La leyenda tántrica establece, partiendo de esta génesis, dos sistemas evolutivos que llegan a crear no sólo especies y subespecies, sino fenómenos de difícil explicación en lo existente. Advierte esta misma leyenda que en el último día, ángeles y pájaros volverán a ser parte de la infinita humedad de la nube.
Para Píndaro, las nubes eran solamente alimento de los dioses, y a su piedad están confiadas.
En los mandamientos vedas hay una norma que llama la atención por su rareza, que radica en la imposibilidad de transgredirla: «No matarás a las nubes». Parece que este mandamiento nace de la creencia del profeta Kervac en la evolución de las armas, y en la seguridad de que algún día una ballesta llegaría a alcanzar el cielo. Confirma esta creencia la redacción de la norma 26, que establece: «Las leyes Y mandamientos se dictarán previendo el futuro posible».

Rafael Pérez Estrada

1.534 – Variaciones

fernandoleon Según un estudio reciente, son muchos los aspectos ligados a nuestra personalidad que creíamos inmutables y sin embargo experimentan variaciones a lo largo del día, a causa de factores ambientales sin importancia aparente.
Sin que hayan podido establecerse conclusiones de orden causal, los autores del estudio dan por probado que el hombre adelgaza de manera momentánea cuando pasa por delante de un espejo o ante una mujer de belleza contrastada. También que su estatura se reduce al fichar por las mañanas a la entrada del trabajo, y los domingos en casa de los padres de ella. Su capacidad intelectual disminuye ligeramente en las gradas de los estadios de fútbol, y de manera significativa cuando le es presentada una mujer de indudable atractivo, viéndose comprometidas en tales ocasiones capacidades verbales y motoras que creíamos perdurables.
El mismo estudio demuestra que la tristeza se acentúa al pasar ante una estatua ecuestre, frente al portal de un antiguo amor, o cuando rellenamos formularios.
Sus autores consideran probado asimismo que la belleza de la mujer se multiplica exponencialmente mientras hace el amor y cuando se emociona de manera inesperada. Por el contrario, se ve seriamente mermada cuando se enfada al encontrar la tapa del retrete abierta.
La belleza del hombre se multiplicaría también mientras hace el amor, llegando a triplicar sus valores absolutos días después, cuando se lo cuenta a sus amigos en el bar donde se reúnen los jueves, pero alcanza su mayor expresión cuando lo recuerda pasados los años, un martes de otoño, en la soledad de su dormitorio.

Fernando León de Aranoa
Aquí yacen dragones. Seix Barral, Biblioteca Breve.2013

1.527 – Tarzán

a_maria_shua Avanzando en oleadas malignas, las hormigas carnívoras no han dejado más que esqueletos blanqueados a su paso. Horrorizado, Tarzán sostiene en su mano temblorosa la calavera pelada de un primate. ¿Se trata de su amada mona Chita? Condenado al infinitivo, el rey de la selva se pregunta ¿ser tú Chita, mi buena amiga mona? ¿La compañera que alegrar mis largos días en esta selva contumaz? ¿Ser o no ser?

Ana María Shua