Poca gente sabe que a los ahorcados nos gusta balancearnos colgados de nuestra cuerda. Ya sea de una lámpara, de una rama o de una viga, amamos ese movimiento suave, ese bamboleo silencioso de mitigación del dolor, esa ondulación pendular de resarcimiento de nuestras culpas. Así nos sentimos libres al fin, como globos de colores, esperando que algún niño coja nuestra soga y nos pasee por el parque. Sabemos que es solo un sueño, que siempre termina viniendo algún desalmado que nos descuelga para meternos en un cajón triste, para mantenernos otra vez prisioneros, otra vez esclavos, otra vez dominados. Aunque nunca perdemos la esperanza de que las cosas puedan ser de otra manera, nunca perdemos la esperanza de que llegue antes el niño que el diablo.
6 comentarios en «1.054 – Los suicidas»
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Hola Carlos, he encontrado tu Blog por casualidad a través de Lágrimas para cactus. Te agradezco enormemente que hayas colgado en tu Blog hoy uno de mis cuentos. Ha sido una sorpresa y un placer descubrir «Los suicidas» y mi foto. Excelente iniciativa la tuya, regalar un cuento al día, es maravilloso. Te seguiré de cerca.
Encantado de poderte tener aquí. Gracias por tus cuentos. Seguiremos en contacto. Saludos
Sensacional microrrelato de Mar Horno que ganó el primer mes del concurso organizado por la Microbiblioteca.
Gracias por mostrarlo y por recoger otros grandes micros. Estaré, con tu permiso, al tanto de esta página tan interesante.
Un saludo.
Y tengo, indefectiblemente, que decirlo aquí Mar; maravilloso texto, por favor cuánto talento, cuánta originalidad, cuánta belleza y ese verso ( disculpas, me es imposible no asociar tu arte a la poesía, como expresión máxima de la palabra humana) del final… sublime: que llegue antes el niño que el diablo.
Gracias al dueño de este espacio por compartir tamaña belleza.
Llego aquí por la recomendación de Mar Horno. Su relato debe estar entre los mejores.
Gracias al promotor de esta buena idea, empezar las mañanas con un cuento.
Gracias Nicolás y Juan por vuestros comentarios. Es un micro muy especial para mí, quizás mi preferido de todos los que he escrito. Un abrazo para los dos.