Viejo pirata, mano de garfio, parche en el ojo, piernas intactas, sexo de palo. Con ciertas ventajas: sólo él, entre sus antiguos compañeros de oficio, está todavía en condiciones de violar a las doncellas de Maracaibo. Con ciertas concomitantes desdichas: su descendencia no es gente marinera, les gusta el olor de la tierra, su textura, allí donde nacen se quedan para siempre, tienden a echar raíces.