956 – Corazón 1 (Para irene Andrés-Suarez)

 Cada amanecer ella abría la ventana y allí abajo estaba el lago. Y en el lago el monstruo y en el monstruo el barco que el monstruo se había engullido de un solo bocado. Y en el barco estaba el capitán apuesto y en el capitán su corazón de oro.
Ella entendió muy pronto que el capitán era el hombre de su vida, y cada amanecer al abrir la ventana ella saludaba al hombre de su vida, en la panza del monstruo, y también ¿por qué no? al monstruo que era invisible.
Al que no saludaba jamás era al lago porque temía que el lago, decidido a devolverle el saludo, subiera hasta su ventana sin el monstruo ni el barco y menos que menos el hombre de su vida. Había oído decir que se trataba de un lago muy celoso, como son celosas algunas pistolas.

Luisa Valenzuela
Juego de Villanos, Thule Ediciones S.L., 2008

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