Todas las tardes, poco antes de la puesta del sol, Gloria se cruza con Emilio en la calle Real. Ella camina hacia la iglesia a rezar las cuentas de su rosario. Él se dirige a la taberna a orar con sus chatos de vino. Cuando se trenzan sus miradas, dulces, tristes, silenciosas, los corazones palpitan una danza desbocada y, aunque no se dicen nada, las sombras de sus almas, tercamente jóvenes, rumian las fiestas del Carmen de hace cincuenta y dos años. Bailaron durante toda la noche y se enamoraron para siempre…, pero las tierras de sus padres no lindaban.
7 comentarios en «2.179 – El corazón no entiende de mojones»
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Muchas gracias, Carlos.
¿Que puedo decirte maestro? Has resumido de manera magistral una historia de más de diez lustros.
Impecable amigo.
Un abrazo.
Con cuatro trazos has dibujado una bella historia de amor frustrado por las normas sociales, mejor dicho familiares. Espléndido y triste relato. Un saludo. Gloria
muy certero final. Felizmente todo aquello quedó atrás. Esos matrimonios rurales en los que era condición que también
las vacas y los caballos se casaran.
Hermosa historia Ximens, tanto sentimiento con tan pocas palabras.
Bravo!
Emotiva historia de amor. Preciosa y muy bien contada. Gracias por dejarme leerla.
Me ha gustado mucho. Gracias, Carlos y Javier.
El amor tampoco entiende ni de tiempos ni de edades.
Un saludo.