Yo quería un gato pero mamá no. Al final, para callarme, trajo esta carpa aburrida que da vueltas y vueltas en la pecera que parece un balón pero que ni siquiera lo es. Yo, en venganza, me he dedicado a insistirle en que es un gato -«eres un gato, eres un gato, eres un gato…»- a medias rabioso contra la realidad a medias hastiado de su absurda compañía. Ahora me siento un poco mal, la he visto frotarse contra el cristal, mirar con interés al canario y me parece que ya no le gusta estar dentro del agua.
Un comentario en «2.180 – Yo quería un gato»
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jajajajaja… no está mal. Muy imaginativo.