3.081 – Vidas perpendiculares (La horizontal)

Manu Espada (1)  —Señor Ashe, usted es fantástico, encajará bien lo que tengo que decirle —sentenció el escritor—. Le quedan veinticinco líneas de vida —añadió con un tono de rabia contenida. Sorprendido, el personaje preguntó qué le ocurría, qué extraña dolencia padecía para que su existencia estuviera a punto de extinguirse de esa manera tan expeditiva y fulminante. A continuación, Herbert Ashe miró el retrato que el cuentista tenía sobre la mesa de su escritorio. María Kodama, a la que acababa de dejar desnuda en el motel con un beso de buenas tardes y un «luego te veo, cariño», posaba en la instantánea abrazando al escritor con el gesto afectivo y cálido de una esposa. El sonido de un cajón hizo que Herbert alzara la vista y fijara la mirada en los ojos coléricos de Jorge Luis Borges. Al ver la punta del bolígrafo apuntando al folio, el personaje supo que su tiempo se había acabado.

Manu Espada
Personajes secundarios. Ed. Menoscuarto, 2015