Le gustan los calamares y los erizos, en Chile ha probado los locos y las vieiras, en Shangái aceptó encantado una medusa helada que sus anfitriones le enseñaron a comer con cucharita, ha saboreado el krill en omelettes no muy cocidos, los pepinos de mar en Indonesia, todas las variedades de algas japonesas y sin embargo algo se rebela en sus entrañas, que se niegan esta vez a retener los canapés guarnecidos (ojalá no lo hubiera sabido) con una rodajita de sirena en lata.
Categoría: Ana María Shua
1.078 – Lo que pudo ser
A ella le hubiera gustado su nariz porque parecía tallada con un cuchillo viejo, un poco desafilado, que no servía para tallar. A él le gustaba el coñac. De ella le hubieran gustado las tetas y la forma de mirar, fuerte y distraída al mismo tiempo, como si desafiara a una persona invisible o ausente. Pero como no eran personajes de la misma historia, nunca llegaron a conocerse. Vaya usted a saber los amores que nos perdemos cada día por culpa de nuestro autor.
Ana María Shua
Cazadores de letras. Minificción reunida. Páginas de espuma, 2009
1.076 – La sueñera – 25
Mi papá no está contento conmigo. Me mira más triste que enojado porque sabe que le oculto un secreto. Estás muerto, quisiera decirle. Pero tengo miedo de que no venga más.
Ana María Shua
Cazadores de letras. Minificción reunida. Ed. Páginas de espuma, 2009
1.036 – La sueñera – 250
La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es así como nunca llega a formularse la ley de gravedad.
Ana María Shua
Cazadores de letras. Minificción reunida. Ed. Páginas de espuma, 2009
1.029 – Paraiso no es premio para todos
Hay que volver a recordar (constantemente) a los espíritus vulgares que los castigos del infierno, aunque administrados por el demonio, son impuestos, en realidad, por su Eterno Enemigo. El diablo es un comerciante honesto y, aunque menos poderoso, ha logrado reservar algunos premios para aquellos que sean en vida sus fieles seguidores. Premios que podrían resultar horrendos para las almas débiles que se balancean al azar en la música insulsa de Allá Arriba (pura armonía, nada de ritmo), pero que para nosotros son auténticos placeres. No arrepentirse, por ejemplo. Aun en el peor de los tormentos y por toda la eternidad no arrepentirse: ¿es imaginable, desde la vanidad, un goce más excelso?
Ana María Shua
Cazadores de letras. Minificción reunida. Páginas de espuma, 2009
1.027 – Ermitaño III
Para ser un ermitaño, decía el ermitaño, no es necesaria la soledad física. Aun en el tráfago y el bullicio un auténtico ermitaño puede refugiarse en su ermita interior. Una noche de Año Nuevo, mientras los demás invitados comían garrapiñadas y lloraban y se peleaban, el ermitaño fue a su refugio interior y lo encontró ocupado. Eran dos, estaban desnudos y tomaban sidra. Lo invitaron.
Ana María Shua
Cazadores de letras. Minificción reunida. Ed. Páginas de espuma, 2009
1.014 – El disfraz
En el circo, disfrazado de payaso, su torpeza pasa desapercibida. El maquillaje blanco encubre su blancura. Sus compañeros de trabajo se quejan a veces de que huele mal, pero el director de circo lo defiende, porque hace reír como ninguno, se contenta con poco, y casi nadie se da cuenta de que está muerto.
Ana María Shua
Fenómenos de circo, Ed. Páginas de espuma-2011
1.006 – Nos pasa a todos
Si la contorsionista tiene artrosis y el trapecista sufre de vértigo, si a la ecuyere se le rompió el menisco por desgaste y el mago perdió los reflejos, si el malabarista tiene presbicia y una tendinitis supraespinal le impide al domador hacer restallar el látigo, qué importa, la vejez no existe. Se tiene la edad de los sueños, la edad de los deseos, la edad de la más joven de tus amantes, la edad de tu corazón. Y siempre habrá un lugar para nosotros en el circo: solo se trata de maquillamos un poco más cuando los años nos conviertan a todos en payasos.
Ana María Shua
Fenómenos de circo, Ed. Páginas de espuma-2011
1.004 – Derechos animales
En la segunda parte del siglo xx, la creciente defensa de los derechos de los animales afectó gravemente al circo tradicional. En 1982 el pequeño Circo Fallon, de Estados Unidos, fue acusado de hambrear y martirizar a sus animales, a los que se exhibía en jaulas tan sucias como estrechas y se azotaba sin piedad en cada función, para diversión y escándalo de los espectadores. El fiscal levantó la acusación cuando se comprobó que los damnificados eran en todos los casos actores disfrazados.
Ana María Shua
Fenómenos de circo, Ed. Páginas de espuma-2011
997 – Una prueba de fe
-Yo no robé nada. En la bolsa del mercader, las monedas de oro se han convertido en aire. Quien se atreva a insinuar que no es posible, estará contradiciendo la omnipotencia de Alá.
Así dice el ladrón para comprometer a la víctima y al juez y evitar el castigo.
-Te cortaremos la mano -ordena el cadí-. Pero no como castigo sino como prueba de fe. Alá, que todo lo puede, hará que te vuelva a crecer si eres inocente.
El ladrón es culpable. Pero Aquel que, en efecto, Todo lo Puede, hace crecer su mano de todos modos. ¿Por qué debería El Más Grande someterse a las pruebas de un cadí?