1.450 – Empirismo

Angel-Olgoso Cuando cierro los ojos, el mundo desaparece. Cuando los abro, el mundo corre a recomponerse casi instantáneamente. A veces, durante el período infinitesimal de esa transición—no es más que una fugaz percepción—, creo sorprenderlo ultimando su tarea, los contornos de las cosas difuminados, ciertos crujidos, algún chispazo a destiempo, un acomodarse de las distancias, la luz del día que aún no posee su sabor pleno, mis hijos demorándose apenas una milésima en desplegar sus formas habituales, el pelaje del gato parece desdibujado y sus bigotes no existen todavía, descuidos, hilachas de un tapiz evasivo, disgregador, hasta que todo irrumpe de nuevo y se reintegra velozmente al orden, hasta que todo recobra su textura, su volumen y su nombre y este mundo plegadizo vuelve, una vez más, a ser perpetuamente engendrado e inhumado.

Ángel Olgoso
La máquina de languidecer. Ed. Páginas de espuma, 2009

1.443 – El plinto

 miguel angel flores Cojeando, me esforcé por alcanzar la fila de niños que regresaban del recreo. Andrea fue colando a todos para retrasarse hasta quedar cerca de mí.
-Yo sé que no te duele –dijo sin mirarme- .Te he visto correr antes. Muchos te han visto. Lo que pasa es que hoy el profe nos enseña a saltar al plinto y a ti te da miedo, que lo sé.
-No es por eso- dije sin convicción.
-A mí también me da. Más que a ti- continuó, sin llegar a escucharme.
Y diciendo esto se puso a cojear a mi par. Cuando vi que lo hacía mucho mejor que yo, me entró de verdad el pánico.

Miguelángel Flores
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1.429 – Costurera de medianoche

karina echevarria —Con cuidado para que no se les caigan los alfileres. Una vez hecho el hilván se sacan, pero sin olvidar ninguno. No queremos que la señora se pinche, ¿no?
La señora era un alma caritativa que recogía a abandonados del destino, como ella, y les daba trabajo, techo y comida, sin pedir nada a cambio. ¿Que no pagaba tampoco? Sí, es cierto, pero una tenía colchón y un plato caliente. ¿Que el plato era de restos y el colchón, viejo? Sí, puede ser, pero era algo. ¿Que la jornada empezaba a las seis y pasaba de medianoche? Y bueno, no tenía otra cosa que hacer.
—No, claro que no queremos.

Karina Echevarría
Relatos en Cadena. Cadena SER.  Ganador del 13/12/12

1.422 – El circo de los recuerdos

xavier blanco 1 El circo emergía cuando el verano angostaba. Aparecía sin música ni elefantes. No había magia, tampoco equilibristas. El público acarreaba sus propias sillas hasta la plaza y, como no tenía carpa ni pista que montar, la función se representaba en la calle. Los vecinos participaban facilitando los animales: una cabra, un conejo y un par de gallinas. Tío Anselmo, el gaitero, se soltaba con alguna salmodia, y Marcial, el alguacilillo, relataba historias tristes de otros tiempos. Nadie oficiaba de maestro de ceremonias y nunca se escucharon risas ni ovaciones. Decían que el mejor número era uno protagonizado por fantasmas, pero ningún ser humano pudo verlo. Las campanas tañían a muerto y, finalizada la función, la compañía se evaporaba. Sin música, sin aplausos, sin nada, y marchaban por el mismo camino por el que nunca vinieron.

Xavier Blanco
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1.415 – Adorada cortesana

juan jose flores La joven amante aguarda al rey con impaciencia. Un mes dura ya la separación, desde que él partiera de improviso, para alejarse de la corte y vivir como un eremita, maldiciendo su destino. La distancia no ha hecho sino encumbrar el recuerdo, acrecentar el amor. «Si sabes complacerle, te cubrirá de oro, pero no sueñes con que te convierta en su nueva reina», le habían advertido otras cortesanas, antes de que ella le conociera y se enamorara. ¡Cómo ha echado de menos las caricias de la primera noche! Sin embargo, corren extraños rumores sobre el rey. Dicen que ha enloquecido por culpa de un dios, que no quiere ver a nadie, que se ha vuelto huraño y rehúye por igual a los sirvientes y a los consejeros más leales. Nadie consigue acercarse a él. No obstante, parece que le han convencido para que vuelva, para que de nuevo ocupe el trono que había aborrecido. Hoy ha regresado por fin a palacio y la cortesana se ha ocultado en la alcoba real para esperarle. Se lanzará a sus brazos sin que él pueda impedirlo, le entregará su cuerpo dorado para rescatarle de su nefasta locura. Ya se oyen sus pasos, ya se entreabre la puerta, que de pronto resplandece ante los ojos de la muchacha, como tocada por la magia. » ¡Oh Midas! –exclama la joven– ¡Mi amado rey Midas! No anhelo tu trono ni tu oro, sino tu amor. Abrázame y hazme sentir eterna.»

Juan José Flores

 

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1.408 – Ausencias

ana maria shua Está bien, a su artista le faltan los pies, pero con eso no es suficiente. ¿Qué sabe hacer? ¿Al menos camina con las manos? Es una suerte muy común, pero en un hombre sin pies podríamos sacarle provecho. Ya veo. Tampoco tiene manos. Sería interesante si pudiera hacer algún tipo de acrobacia con los muñones. ¿Ni brazos ni piernas? Bueno, eso ya vale la pena. Un hombre gusano ¿vio alguna vez la actuación del Príncipe Randian en la película Freaks?… Pero por lo que me dice, el torso… ¿Y la cabeza? Una cabeza que habla siempre impresiona, sobre todo si podemos demostrar que no es un truco. ¿Tampoco eso? Me parece cada vez más atractivo. ¿Por qué no me lo trae para que lo vea? Ah, ya está aquí, comprendo.

Ana María Shua
Fenomenos de Circo. Páginas de espuma 2011

1.401 – Recuerdos de juventud

xaviaer blanco Con esa exactitud tan característica de la ciencia, así amanecía en mi pueblo. El sol dibujaba una circunferencia perfecta de tonalidades púrpuras. Hasta que, un  lunes, el cielo clareó de un  color inédito, un verde esmeralda que pronto fue jade. Después un melón gigante emergió detrás del horizonte. Desde la plaza observábamos  las bandadas de pájaros picotear el nuevo astro rey. Luego llegó la oscuridad.  Había cierta preocupación pero al día siguiente el alba despuntó de color salmón –coral, decían los más atrevidos-. Los vecinos hacían apuestas. Entonces apareció la zanahoria tiñéndolo todo de naranja.  Recuerdo ese día porque, con tanto alboroto, llegamos tarde a la escuela.

Xavier Blanco
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1.394 – Imagine

Imagine all the people. . .
(John Lennon)

 -¿Qué hay de comer? -Moros con cristianos -¿Otra vez, mujer? -Otra vez, hombre. -¿Te burlas?
-¿Yo? ¿Qué tiene de malo el arroz con frijoles? -¡Que los pones todos los días!… ¿Acaso no tienes imaginación?
-Pues sí, marido, sí la tengo… Cada día imagino que entrarás por esa puerta y me darás un beso y me dirás que estoy muy guapa y que me quieres como el primer día…
-¡Tú estás enloqueciendo! ¿Por qué crees que estoy contigo desde hace veinte años? -¿Porque sí?
-Y porque no, también… Me aburres con tus cosas…
-Pues eso, ya sabes por qué hay moros con cristianos… Para que no dejemos de aburrirnos.

Alejandra Díaz-Ortiz
Pizca de Sal.Trama Editorial 2012