2.201 – El pescador de lágrimas

javier_ximens  En Ibiza, enganchada entre sus redes, un pescador ha recuperado un ánfora fenicia llena de lágrimas. Lo supo por el aroma de llanto. Son de las mujeres de los pescadores que el mar se quedó. Una de ellas, la más cristalina, le ha reflejado el rostro de su padre y ha emitido la fragancia de su madre.
Después de abismar la vasija en el mar y empujado por brisas de gaviotas, ha remado rápido a puerto con deseos de abrazar a su mujer y decirle a su madre que ya no hace falta que vuelva a llorar en el acantilado.

Javier Ximens
http://ximens-montesdetoledo.blogspot.com.es/2014/09/el-pescador-de-lagrimas-finalista-en.html

2.200 – Los lugares del amor

2003 Sundance Film Festival - "Mondays in the Sun" - Portraits  Hay lugares donde el amor se intensifica. Las terminales de los aeropuertos, por ejemplo. En ellas es habitual ver besarse a parejas que llevaban tiempo sin hacerlo, y ejercitar de nuevo, ante la inminencia de la partida, el lenguaje desaprendido de la ternura y de los gestos.
En las salas de espera de los hospitales nos cogemos las manos esperanzados, lamentando haber discutido, arrepentidos y dispuestos a mejorar todo lo que antes salió mal.
El amor adquiere a veces en las cabinas telefónicas una intensidad inesperada. También en los locutorios: ¿quién no ha dicho en su cabina tres lo que nunca antes se atrevió a decir, amparado en la distancia? Los kilómetros que nos separan de la persona amada guardan a menudo una relación directamente proporcional a la necesidad que tenemos de sincerarnos con ella.
Son más frecuentes también los besos y las caricias en los portales y en las calles que ha mojado la lluvia. Y ante el objetivo de las cámaras de fotos, con independencia del lugar donde sean utilizadas, parque público o alcoba.
Y en los bares solitarios, de madrugada. En los andenes, en invierno. Y en presencia de la muerte.
Por contra, hay también lugares donde el odio se intensifica. En los campos de batalla. En los dormitorios que llevan años sin ser pintados. En los coches familiares, cargados de maletas, perdidos en las salidas de las autopistas que circundan las ciudades.

Fernando León de Aranoa
Aquí yacen dragones. Seix Barral, Biblioteca Breve.2013

2.199 – Farsante

alonso-ibarrola2-300x200  Se hacía pasar por sordomudo y vendía lotería falsa. Siempre ocupando su esquina, en una calle muy concurrida de la gran ciudad, y dispuesto a desaparecer de la faz de la tierra en cuanto les correspondiera a «sus números» un premio importante. Pero, para su fortuna, esto no ocurría… Hasta se había permitido el lujo de abonar «una terminación» y «una pedrea». La gente compraba sonriente y complacida; le hablaba pero él solamente esbozaba una amable sonrisa. Un día, un ratero que había observado la importancia de sus ingresos, le robó la cartera de improviso. Quiso gritar, pero se contuvo. Hubiese echado a perder el negocio…

Alonso Ibarrola
No se puede decir impunemente ‘Te quiero’ en Venecia.Visión Libros. 2010
http://www.alonsoibarrola.com/

2.198 – Ortodrómica

mei moran  La distancia más corta entre dos puntos es el olvido. El primero lo envolvió en lino. La segunda acurrucada en un moisés de mimbre. Con nombre, sin apellido. Solo unas calles más abajo, depositados frente a la iglesia.
Y luego, casi siempre la vida en paréntesis. ¿Será este de la corbata? ¿O esa mujer que se da prisa para ir a una reunión importante? ¿O aquellos dos que caminan juntos sonrientes y confiados, tan unidos?
Ellos extraviaron en su memoria aquellas sus primeras caricias.
Acallaron la cadencia de su voz. Borraron el camino, perdieron la pista. Desaprendieron que fueron hijos.

Mei Morán
http://meimoran.blogspot.com.es/2014/10/ortodromica.html  

2.197 – Frustración

Elysa Brioa  Desde hace un tiempo lo encuentro sentado en la cabecera de mi cama, mirando con autentico interés cada vez que estoy en plena vorágine sexual. Cuando me noto a punto de llegar al bendito orgasmo por mucho que cierre los ojos allí está él, contemplando fijamente y con curiosidad científica cada uno de mis gestos. He intentado hacerle entender que así no hay manera, que me está creando una intensa frustración con su presencia. Alega que ese es su trabajo, protegerme durante todas las horas del día. Me dice que se asusta mucho cuando me oye gemir con tanta intensidad y que le preocupa que nombre tanto a Dios en esos momentos.
Le he explicado que eso son palabras que se dicen sin reflexionar, pero no hay forma, sigue en sus trece, apareciendo. No sé, pero estoy empezando a pensar que me ha tocado un ángel de la guarda pervertido.

Elysa Brioa
http://elystone.blogspot.com.es/2013/06/frustracion.html

2.195 – 8

Espido-Freire3  Era muy hermosa, pero sólo le interesaban las flores. Harta de rechazar admiradores, se casó. Enviudó joven, y volvió a casarse. Cuando envejeció, casada por cuarta vez, descubrió unas arrugas y que ya no le acosaban los hombres. Entonces dejó de matarlos. El guano, al fin y al cabo, resultaba mejor abono.

Espido Freire
Cuentos malvados. Paginas de espuma. 2010

2.194 – Artificios

Eduardo Berti 2  Todos los miércoles voy a una librería diferente y pido al azar un libro, inventando en el acto un título cualquiera que se me ocurre que un buen libro merecería. «Tiene Artificios? ¿Tiene El último sueño?», le disparo al vendedor que siempre parece un tanto dormido. Si me exigen otros datos -el autor o la editorial-, digo de forma sistemática que no lo sé. Raras veces el libro existe y lo compro. Raras veces ocurre que lo leo y es tal como había supuesto.

Eduardo Berti
La vida imposible. Páginas de Espuma, Madrid, 2014.

2.193 – Estética

agustin martinez valderrama2  Existe cierto dilema entre arrojar a un niño o a un viejo desde un séptimo piso. Dejando a un lado meras consideraciones éticas (que si uno tiene toda la vida por delante, que si otro por detrás…) la duda reside en la estética del vuelo. El niño, por naturaleza, se precipitará con gracia, cierta ingenuidad y hasta incluso alegría, ejecutando durante la vertical multitud de figuras y acrobacias de indescriptible belleza. Asimismo, el viejo, prescindiendo de florituras, realizará un ejercicio impecable, sobrio: un clavado sin tirabuzón. Sin duda, ambos recibirán los vítores de más estrépito, las puntuaciones más altas. Todo lo contrario —aquí no hay dilema alguno— que el individuo de mediana edad. Y su caer triste, atolondrado, de aspavientos y hormigas muertas.

Agustín Martínez Valderrama
Sentido sin Alguno, Talentura 2012