-Llega usted tarde, López -dijo el jefe.
-No soy López, jefe, sino Facundo.
-No se haga usted el listo y haga el favor de incorporarse a su puesto -respondió.
Encontré a López metiendo mis cosas en una caja. -¿Pero qué haces? -pregunté.
-No te hagas el tonto, López, lo sabes muy bien -dijo él.
El caso es que no lo sé, pero a la noche he cenado con sus hijos y yacido con su mujer, no están los tiempos que corren como para perder el trabajo por culpa de un quién es quién.