En la víspera del nacimiento de su primer hijo, a Pedro Lapso se le cayeron varios objetos de las manos. Los más eran menudencias recuperables y su caída no produjo ningún quebranto.
Sin embargo, otros eran objetos valiosos que estallaban con estrépito y pasmo. Era como si la fuerza gravitatoria se hubiese empeñado en demostrarle su omnipresencia. Asustado y temiendo males mayores con el niño, Pedro Lapso se amputó los brazos. Por eso no pudo evitar, aun estando a su lado, que a su mujer se le escurriese el bebé.
Un comentario en «1.525 – Pedro Lapso y la fuerza gravitatoria»
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Jodó, ¡qué fuerte! Me ha dejado clavado. Muy bueno.