Todas las noches la misma historia. El marido entra en la cocina, la tira al suelo y la acuchilla una y otra vez. Luego, como si nada hubiera sucedido, ella se levanta, ordena la casa y limpia los rastros de sangre. No sabe por qué sigue ocurriendo. Lo único que tiene claro es que debe limpiar con esmero. Los niños no tienen por qué enterarse.
Un comentario en «1.459 – Destino»
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¡Miguel Ángel! Qué extraño encontrarte en estos lares. Ya veo que eres un todo terreno. Yo estoy suscrito a Un cuento al día e iba a felicitar al autor del micro y ha sido cuando te he visto. Chico, me alegro. Me ha gustado mucho. Duro y con ponzoña pero directo a la mandíbula.
Un saludo.