1.028 – Sobrevivir

  En enero, la muerte lo atropella. En febrero, agoniza. Durante marzo se asoma al mundo de nuevo. Las heridas se cierran a lo largo de abril y mayo. Con el sol de verano vence los últimos dolores y los primeros miedos. En septiembre lo alimenta la certeza de poder con todas las sombras que lo acosan, pero en las tardes cerradas de octubre vuelve a sentirse herido. En noviembre descubre que aún le faltan apoyos por recuperar. Y a finales de año se tumba, derrocado por el esfuerzo de intentar vivir, con capacidad, solamente, para desear estar muerto.

Teresa Serván

Deja un comentario