Beethoven escribió diez óperas para piano. En la primera de ellas empezó a sentir un zumbido en el oído derecho. Apenas le dio importancia.En la segunda, el zumbido se pasó al oído izquierdo, pero solo como una ligera molestia.
En la tercera, comenzó a oír el ruido del mar.
Así hasta la novena.
En la décima se quedó sordo del todo.
Aún así, fue un gran músico. Como no podía tocar de oído, se tomó la molestia de aprender solfeo.
Murió. No precisamente de sordera, que como todo el mundo sabe no es mortal, pero sí muy molesta para un músico.
Pilar Galán