-Pon la otra mejilla… y sin rechistar, ¿eh? A ver si aprendes a encajar los golpes -le dijo el regordete de Carlos Luis, mientras expulsaba el humo de su cigarro puro, asumiendo orgulloso que representaba a la patronal, a su hermano gemelo Mariano, esquelético de tan mal alimentado, a quien, en el reparto, le habían asignado el papel de miembro de la masa asalariada.
Ángel Guache