Por la noche, ladrones pobres me roban la ropa tendida. A la noche siguiente pongo a secar (bien estrujadas) mis desdichas mojadas por el llanto. A la mañana siguiente soy definitivamente feliz.
Ana María Shua
Por la noche, ladrones pobres me roban la ropa tendida. A la noche siguiente pongo a secar (bien estrujadas) mis desdichas mojadas por el llanto. A la mañana siguiente soy definitivamente feliz.
Ana María Shua