En Cejunta hay unas escaleras que sólo tienen peldaños impares. Allí se piensa que los peldaños pares traen mala suerte y por eso se destruyen. Algunos opinaron que también habría que cortar cada pie derecho de las personas, pero alguien arguyó:
-Si nos destruimos el pie derecho ya seremos cojos y, si todos somos cojos, las cojeras van a aceptarse como algo natural y deseable. No tiene sentido.
El que hablaba así tenía fama de persona sensata y sus palabras parecieron tomarse en cuenta.
Otro dijo:
-Soy patriota. Lo incongruente es lo deseable.
Algunos recibieron esta declaración con aplausos. Entonces se inició una polémica, que aún sigue, con alternativas oscilantes.
