2.080 – La estafa

  alonso-Ibarrola32  Dos agentes cruzaron muy de madrugada el cuidado jardín y se acercaron a la puerta principal del magnífico chalet, emplazado en el barrio residencial más lujoso de la capital. Llamaron y se dieron a conocer al mayordomo. El señor, en batín y pañuelo de seda anudado al cuello, les recibía minutos después. Estaba detenido por presunto delito de estafa. Le concedieron unos minutos para que se vistiera y despidiera de los suyos. No quiso despertar a los niños, pero su mujer, agitada y nerviosa, le abrazó con fuerza y trató de animarlo… «Tenías que haberme dicho que las cosas no te iban bien, cariño. No te preocupes. Pediré dinero a papá… ¿Cuánto debes?». El hombre no dijo nada e inclinó la cabeza. «¿Un millón, dos, tres…?». El hombre permanecía en silencio. «¿Son diez, veinte… cien?». La mujer, impaciente y nerviosa le recriminó: «¡Habla, dime algo, por favor…!». El hombre, sin atreverse a mirarla bisbiseó: «Mil doscientos millones, querida…». Más tarde, la mujer, en la soledad del dormitorio, se consolaba pensando en lo importante que era su marido.

Alonso Ibarrola
No se puede decir impunemente ‘Te quiero’ en Venecia.Visión Libros. 2010
http://www.alonsoibarrola.com/

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