1.876 – La tempestad

jose_antonio_ayala  Mi amigo Pedro y yo habíamos salido a dar un paseo en barca como hacíamos algunas tardes. Sin darnos cuenta nos fuimos alejando de la costa, aunque en una ocasión mi amigo, que apenas sabía nadar, me rogó que diésemos la vuelta pues el tiempo parecía empeorar. En efecto, el cielo se ensombreció con rapidez, comenzó a llover de pronto con bastante intensidad y las olas fueron aumentando de tamaño. Pronto la ligera barca experimentó los embates de las agresivas olas, fue remontada a la cresta de una de ellas y volcó. Yo pude reaccionar con presteza y conseguí cogerme a la quilla para salaguardarme del oleaje, pero Pedro cayó varios metros más allá y gritaba pidiéndome ayuda. Nadé hacia él remolcando la barca, alargué el brazo, y cuando creía que iba a darle la mano me desperté.
Al salir del sueño me encontraba bañado en sudor recordando las imágenes que acababa de sentir. Cuando me tranquilicé procuré borrarlas de mi mente y la primera reacción fue telefonear a casa de mi amigo. Se puso su madre que me dijo que estaba preocupada porque Pedro le había dicho que iba a dar un paseo en barca conmigo y tenía miedo de la tormenta que había. Supe de inmediato la peligrosa tarea que me esperaba: tenía que volver al sueño, salvar a mi amigo y luego salvarnos los dos de la borrasca. Sin muchos ánimos, me eché de nuevo a dormir.

Jose Antonio Ayala
Chispas. Editora Regional. Murcia.2005

Deja un comentario