1.708 – La vida sexual de las palabras

Maria_Paz_Ruiz_Gil  El coleccionista de palabras las regaba por las mañanas, les cortaba las tildes secas, les echaba comida de la buena y las consentía con las manos de un devoto. Algunas crecieron y se salieron de su patio, de esas hay unas que son malísimas, que se han hecho operaciones, extirpaciones y se cambiaron la cara. Son rebeldes, promiscuas, se ponen haches en el ombligo, kas en las partes más raras y compiten por sus tatuajes hechos con emoticonos; pero las condenadas se volvieron populares y salen en las revistas. Otras, las que se quedaron con su cuerpo tal cual las parieron, tienen fama de vírgenes, de viejas aburridas que aparecen en libros y de solteronas. Cada día entran al patio del coleccionista palabras nuevas, hijas que llegan sin padres. Él piensa que tienen cara de alienígenas, pero las quiere en silencio porque muchas son divertidas y le enseñan idiomas, aunque le tiren de las raíces a las ancianas aburridas y las hagan llorar de rabia.

María Paz Ruiz Gil

Mar de Pirañas. Edición de Fernando Valls. Menoscuarto ediciones.2012

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