1.940 – Algo

Pedro Herrero_110921  Aunque su familia y amigos le decían que tenía que rendirse a la evidencia, la joven casada se negaba a aceptar que su marido hubiera muerto en la violenta explosión del pozo de petróleo. Aunque había visto esa misma situación en las películas, y sabía que en la vida real las cosas también se tuercen de un día para otro, la madre de dos hijos en edad escolar no estaba dispuesta a enfrentarse a un futuro estéril, carente de sentido. Aunque una voz interna la animaba a ser fuerte para poder salir adelante, superando la adversidad, ella se veía incapaz de dar un paso en ninguna dirección. Pero cuando, al cabo de unos días, llamaron a la puerta y apareció su marido, sano y salvo, hubo algo más que un abrazo apasionado, humedecido por lágrimas histéricas. Algo que buscaba respuestas antes de formular las preguntas adecuadas, acerca de cómo había sobrevivido a la catástrofe, acerca de cómo no habían dado con él los equipos de salvamento. Algo quizás irracional, causado por la súbita liberación de un estado nervioso prolongado, acerca de dónde había estado desde entonces, y acerca de dónde estaba en realidad (y con quién) cuando todo ocurrió. Algo extraño, en definitiva, oculto en una atmósfera irrespirable de felicidad espontánea, que dio paso a otro tipo de preguntas, formuladas de noche junto al cuerpo yerto de su marido, más frío que de costumbre. Algo acerca de quién era él en realidad, y por qué había regresado.

Pedro Herrero
http://www.humormio.blogspot.com.es/2014/01/algo.html