1.857 – No envejece el amor

orlando romano  La abuela se había casado y enviudado en siete oportunidades. Enterró a su último esposo a los noventa años y vivió hasta los ciento quince.
“El buen sueño es hermano de la supervivencia”, comentaba la familia: ella se encerraba en su dormitorio a las diez de la noche, y aparecía, siempre radiante, bien entrado el mediodía.
Por su diario íntimo se supo que a lo largo de aquellos últimos veinticinco años, por las noches, se consagraba al ardiente recuerdo de los finados, a veces de dos o más al mismo tiempo.

Orlando Romano