2.767 – Postales que nunca fueron enviadas

ildiko  Mi abuela murió con el deseo de visitar aquellos lugares que la vieron crecer. Nos enteramos después de su muerte, cuando desocupamos su casa para venderla. En el cajón de su mesita de luz, un montón de fotos y postales que nunca fueron enviadas, escritas y con destinatarios; amarillas, despintadas, sin fecha. Todas recrean su lugar de infancia, Miskolc. Su patria, sin embargo -ella se cansó de repetirlo-, siempre fue ésta, donde nacieron sus hijos, sus nietas y la pena por el regreso.

Ildiko Valeria Nassr
El límite de la palabra. Menoscuarto ediciones – 2007

1.932 – Pérdidas

ildiko nassr2  Estoy muy distraída. Pierdo todo. Acaso dejo las cosas en cualquier lado y me olvido.
Hace una semana, perdí mi sueldo. El domingo, el vestido rojo y tres camisetas. Antes de ayer, las llaves y la casa. Ayer, perdí la cabeza y las manos. Sin embargo, dormí tranquila. No tuve que tomar la pastilla (que tampoco encontré).
Desperté feliz, hasta que me di cuenta de que había perdido los sueños anoche. Esta mañana, en el mercado, me perdí a mí.
Envidio a las personas que, por lo menos, son asaltadas y apuñaladas.
¿Qué más voy a perder? Las piernas, los pechos, el sexo, la memoria.

Ildiko Nassr
Velas al viento. Los microrrelatos de La nave de los locos. Ed. Cuadernos del vigía.2010

1.817 – Postales que nunca fueron enviadas

ildiko  Mi abuela murió con el deseo de visitar aquellos lugares que la vieron crecer. Nos enteramos después de su muerte, cuando desocupamos su casa para venderla. En el cajón de su mesita de luz, un montón de fotos y postales que nunca fueron enviadas, escritas y con destinatarios; amarillas, despintadas, sin fecha. Todas recrean su lugar de infancia, Miskolc. Su patria, sin embargo -ella se cansó de repetirlo-, siempre fue ésta, donde nacieron sus hijos, sus nietas y la pena por el regreso.

Ildiko Valeria Nassr
El límite de la palabra. Menoscuarto ediciones – 2007

1.318 – Postales que nunca fueron enviadas

 Mi abuela murió con el deseo de visitar aquellos lugares que la vieron crecer. Nos enteramos después de su muerte, cuando desocupamos su casa para venderla. En el cajón de su mesita de luz, un montón de fotos y postales que nunca fueron enviadas, escritas y con destinatarios; amarillas, despintadas, sin fecha. Todas recrean su lugar de infancia, Miskolc. Su patria, sin embargo -ella se cansó de repetirlo-, siempre fue ésta, donde nacieron sus hijos, sus nietas y la pena por el regreso.

Ildiko Valeria Nassr
El límite de la palabra. Menoscuarto ediciones – 2007

Ese chico tiene problemas en casa

ildiko nassr2Esta mañana, en clase, un alumno se transformó en perro. Siempre me pierdo la acción en mi afán de copiarles la teoría en la pizarra.
Después de la confusión, les pregunté a sus compañeros, disimulando mi curiosidad. Ninguno supo precisar el momento exacto en que ocurrió la transformación. No fue paulatina, sino sorpresiva.
Los adolescentes, en general, no dejan de sorprenderme. Sin embargo, en todos estos años de docencia, jamás había estado tan cerca del alumno-perro. Se transformó descaradamente en mi clase y me lo perdí.
No un cancerbero, ni siquiera un perro negro. Un perro lanudo, común, despeinado, que no llamaría la atención si no supiera que es López, el del tercer banco a la izquierda. No recuerdo su nombre de pila. Sólo su pelo desteñido y despeinado, como si nunca se lo hubiera lavado o peinado. Un chico común, con mirada perdida, como drogado. Un perro común, con mirada de perro, como hambriento.
Hablé con la psicóloga del colegio y me dijo:
-No puedo creer hasta qué extremos está dispuesta a llegar la gente para llamar la atención. Ese chico tiene problemas en su casa.
Vaya si los tiene, pensé.
-Su padre los abandonó cuando él nació, porque era diferente a lo que esperaba. No sé qué quería este tipo, si lo vieras. Creo que se parece al chico, cuando se transforma. Una cara de perro impresionante.
Después de la transformación, el perro escapó del aula y sus compañeros tuvieron que buscarlo. Hasta que volvieron mi hora había terminado.
Definitivamente, siempre me pierdo la acción.
 
Ildiko Nassr

Hijos

ildiko nassr2Mis hijos salen casi de noche de la escuela. Es peligroso. Son pequeños y aquí oscurece tan temprano. Los padres hemos formado cuadrillas para buscarlos y repartirlos en sus casas.
Ya ubicados en el hogar, les damos la cena, conversamos un poco y los mandamos a la cama.
Como todos los niños se parecen, muchas veces no me doy cuenta de que siempre son niños distintos los que viven conmigo.

Ildiko Nassr