La aldeana parió dos hijos el mismo día desventurado. Su suegra le hizo juicio de adulterio. La nuera alegó: “No só culpable, que yací con mi señor marido dos vezes en una misma noche.” El tercer hijo dio en ser morenico a los pocos meses de nascido. La suegra volvió a protestar y la aldeana a atestiguar: “Que la nodriza morena es, e su leche le oscureció”. La suegra quedó conforme, ca ella alimentó al su hijo con leche de cabra e, ya marido, tornóse cabrón.