-¿Qué te pasa? —preguntó el hombre.
Ella le miró con media sonrisa. Entonces se sintió mayor; ya no era aquella muchacha de piel fina, caderas huesudas y pecho enhiesto. De pronto sintió su rechazo, no le gustaba, lo sabía, lo sentía, nada era igual. Y se acordó de la primera mujer de su marido; la dejó por ella, por otra más joven… y ahora ella misma era la mayor, y eso le llevaba a pensar: “Qué más le da otra o yo, somos iguales, mujeres viejas… pero la primera: es la primera, eso no se olvida”, y se vio segundona, como si nunca hubiera podido ocupar un lugar que la otra jamás dejó vacante. Su vida se había venido abajo; lo que antes fue su orgullo, ahora era su destrucción…
-Nada —le contestó.
Un comentario en «1.484 – La mujer»
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Mirado así, la falta de autoestima de la pobre es evidente y la moralidad del hombre queda en entredicho. Al menos, su egoísmo y su falta de amor.