1.137 – Al punto

 Mientras el señor de la mesa cuatro elige su menú, ignora que en la cocina Everardo acaba de matar a Roco, el gerente en turno, sospechoso de ser el objeto de los excesos clandestinos de Lupita, la camarera. Por las noches, su mujer.El cliente de la tal mesa se decide por una ensalada y un lomo al punto, tras un breve intercambio de sugerencias con la mujer que le acompaña:
-¡Pero, María! ¿Cómo es que piensas pedir pescado? Date cuenta que estamos en la parrilla de las mejores carnes de la ciudad. No sé cómo o qué les echarán, pero ya me gustaría a mí saber su secreto, porque mejores no he comido…
Él ignora que Lupita, la recién ascendida al cargo de «gerente emergente en funciones», está ordenando, en ese momento, que metan a Roco a la cámara frigorífica. Que limpien la sangre del suelo y que atiendan la última comanda. La de la mesa cuatro.
Everardo, el pinche convertido en inesperado cocinero en jefe, apenas y se atreve a mostrar a su nueva jefa la hoja de existencias. Con la cabeza gacha, extiende una temblorosa mano que sostiene el papel en el que, precisamente, se indica que lomo de buey es lo que no hay. Lupita, impasible, deja caer su mano sobre la tabla de picar, justo sobre el arma del delito.
¡Supremo!, declara el cliente, satisfecho al ver su kilo de carne en el centro de la mesa. Al tiempo que se deleita con una buena tajada, insiste a su compañera de mesa:
– ¿Lo ves, hermosa?… Mira si la carne es fresca en este lugar… Fíjate en las manchas de sangre que lleva la chica en el delantal… ¡Hasta parece que acaban de matar al buey!…

Alejandra Díaz-Ortiz
http://alejandradiazortiz.wordpress.com/2012/04/09/al-punto/

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