El collar que me compré

Jordi CebrianAl volver de vacaciones mis compañeros de trabajo observaron el collar que llevaba y dijeron que estaban de acuerdo conmigo. Yo lo compré porque era bonito, e ignoraba que tuviera significado alguno, así que sonreí estúpidamente y al llegar a casa busqué por Internet sin encontrar nada. Pero en la calle muchos se cruzan conmigo sonriendo de manera cómplice. Hoy, en el ascensor, una chica vio mi collar y me besó. “Yo también”, me dijo, “yo también”, y se fue sonriendo. Por la tarde un vecino bigotudo me hizo lo mismo. Estoy por dejar de llevarlo, pero es tan bonito…
 
Jordi Cebrián
 

Deja un comentario