Fidelidad

Marco Denevi3 Finalizada la Odisea, que había durado veinte años, el feroz guerrero Drímaco regresó a su hogar y allí se pilló una rabieta porque su mujer, mientras tanto, había tenido, según un mito recogido por el poeta Calistágoras, veinte hijos.
Pero ella le explicó: habiéndole suplicado a Eros poder quedar embarazada con sólo pensar en el marido ausente, el dios le había concedido esa gracia.
«Si no tuve más hijos», agregó, «no es porque haya dejado de pensar en ti todo el tiempo sino porque cada embarazo me llevó nueve meses y aún diez».
Según Calistágoras, las malas lenguas murmuraban que, de no ser así, habría podido parir siete mil hijos.

Marco Denevi

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