El espejo que no podía dormir

augusto monterroso7Había una vez un Espejo de mano que cuando se quedaba solo y nadie sé veía en él sé sentía de lo peor, como que no existía, y quizá tenía razón; pero los otros espejos se burlaban de el, y cuando por las noches los guardaban en el mismo cajón del tocador dormían a pierna suelta satisfechos, ajenos a la preocupación del neurótico.
 
Augusto Monterroso

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