Al despertar Franz Kafka una mañana, tras un sueño intranquilo, se dirigió hacia el espejo y horrorizado pudo comprobar que:
. a, seguía siendo Kafka.
. b, no estaba convertido en un monstruoso insecto.
. c, su figura era todavía humana.
Seleccione el final que más le agrade marcándolo con una equis.