3.490 – Déjá vu

    El matrimonio de Rosalía y Pedro hubiera sido perfecto de no ser porque Pedro se negaba a viajar. Se excusaba diciendo que ya lo había visto sin necesidad de salir de casa, pues la televisión, el cine, los periódicos se lo habían mostrado en exceso. Pero tanto insistía Rosalía que fueron varias las ocasiones en que hicieron las maletas. En una, recién llegados a París, un niño se acercó corriendo a Pedro y le llamó repetidas veces papá. En otra, visitando una pequeña ciudad de Inglaterra, una niña hizo lo mismo, llamándole daddy. Y, claro, ya no hubo forma de sacarlo de casa, pues ahora Rosalía era la primera que se negaba.

Juan Pedro Aparicio
Más por menos. Sial Ediciones.2011

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