Comida china

DelfinBeccarEntré al Kuong Tong y vi al Jefe sentado a la cabecera de la mesa acompañado de su guardia pretoriana. Al verme levantó la mano y me señaló una silla. Tomé posición frente a él y en cuanto intenté hablar me calló con un seco:
 —Primero comida, luego negocios.
 
Apareció el mozo con un plato de arrolladitos primavera con salsa agridulce y una porción de Chop Suey de pollo. Ansioso por lo que podría pasar tragué como pude aquellas delicias asiáticas.
 
—Sabes cómo es el negocio, el que las hace las paga –me dijo con total frialdad–. Rumores dicen que te quedaste pagos que no eran para ti. Ya está hecho, ya me lo cobré; que no vuelva a pasar. Ahora come, cuando termines te vas.
 
Preocupado llegué a casa, Hua-Fuzhou no estaba. En la cama había una nota: “No la vas a volver a ver nunca, igual quédate tranquilo que la vas a llevar adentro por siempre”.
Delfín Beccar Varela

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