Tengo un bonsái en el útero. De momento solo hay que controlar que no crezca. Cierro los ojos un instante, pero la boca queda abierta y debo de haber tragado abono. Al salir de la visita, unos frondosos manglares han echado raíces en las aguas estancadas de mi cabeza, un rosal ha desprendido varios pétalos que se han deslizado mejillas abajo, y una jungla con sus pájaros y sus fieras se extiende ahora mismo por mis tripas. No sé si tengo que regar, podar, eliminar las malas hierbas o seguir abonando. Y no tengo ni un puto libro de jardinería.
Un comentario en «3.251 – Jardinería de interior»
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Bellisimo!!