3.078 – Vidas perpendiculares (La vertical)

Manu Espada (1)  —Señor Pasternak, usted es realista, encajará bien lo que tengo que decirle —sentenció el médico—. Le quedan veinticinco segundos de vida —añadió con un tono de rabia contenida. Sorprendido, el paciente preguntó qué le ocurría, qué extraña dolencia padecía para que su existencia estuviera a punto de extinguirse de esa manera tan expeditiva y fulminante. A continuación, Boris Pasternak miró la foto que el matasanos tenía sobre la mesa de su consulta. Larisa Antípova, a la que acababa de dejar desnuda en el motel con un beso de buenas tardes y un «luego te veo, cariño», posaba en la instantánea abrazando al doctor con el gesto apasionado y entusiasta de una amante. El sonido de un cajón hizo que Pasternak alzara la vista y fijara la mirada en los ojos coléricos del doctor Zhivago. Al ver el cañón del revólver apuntándole al pecho, el escritor supo que su tiempo se había acabado.

Manu Espada
Personajes secundarios. Ed. Menoscuarto, 2015

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