Astenia primaveral y tarjeta de visita son dos expresiones hechas y, en esa medida, algo vacías. En cambio, si las cruzamos obtenemos astenia de visita y tarjeta primaveral.
—Pero astenia de visita no quiere decir nada. Y tarjeta primaveral tampoco.
—Pero están llenas de algo.
—No lo entiendo.
—De acuerdo, probemos con resplandor glacial, que se utiliza mucho para describir la luz de la Luna, y paraíso fiscal, que sale todos los días en la prensa. Cruzándolas adecuadamente dan paraíso glacial y resplandor fiscal.
—Eso ya va teniendo más significado. Puedo imaginar un cielo del tamaño de un congelador, con un dios de hielo sentado sobre un paquete de delicias Findus. También puedo concebir un titular de periódico como este: «Hallado un resplandor fiscal en un paraíso glacial».
—O sea, que vamos entendiéndonos. Crucemos ahora aire indolente con choque emocional, que arrojan el siguiente resultado: aire emocional y choque indolente.
—Yo tuve un amigo que tenía un aire emocional.
—¿Y has tenido noticia de algún choque indolente?
—Pues también, la verdad. Un día, me embistió un coche de ese modo, como sin ganas, en plan perezoso. Sin embargo, me practicó un siniestro total.
—¿Un siniestro total a causa de un choque indolente?
—Lo que te digo.
—Prueba a cruzar las dos expresiones, a ver qué sale.
—Siniestro indolente y choque total. —¿Qué te parece la nueva combinación?
—Bien, fue eso más o menos.
Hay quien cruza un mastín con un bulldog y se asombra del resultado. Pero las palabras también tienen una capacidad reproductora increíble. Mezclen Alvarez Cascos con Miguel Angel Rodríguez y verán cómo les sale López Amor. Por eso han corrido los tres la misma suerte.