Hace años íbamos a la playa: Virginia, la niña y yo. Nos hartábamos de sol y agua y volvíamos morenos y relajados. Cuando la niña se casó y se fue a vivir a una ciudad costera, comenzamos a pasar las vacaciones en su apartamento. El binomio suegros-yerno nos devolvía a casa más cansados. Después vino la nieta y ahora el nieto.
Escapamos de noche, sin avisar, tras diez días de infierno. Virginia se ha encerrado en su despacho. Yo en el mío. Cada uno repantingado en su sillón, con las persianas echadas, el aire acondicionado puesto y los teléfonos desconectados.
Un comentario en «3.041 – Vacaciones»
Deja un comentario
Disculpa, debes iniciar sesión para escribir un comentario.
Muchas gracias por haber elegido este microrrelato para publicarlo en tu web.
Abrazos, muchos.