En vida fui un laureado poeta. Estimado por todos en mi tierra, le escribí su oda al amor, su canto a la mujer, al héroe su epopeya. Le dediqué por completo mi alma al ejercicio de la poesía. Y vengo a enterarme ahora, después de pasar mi vida entre letras, que la prueba de admisión al cielo es un examen de aritmética.