2.718 – Los traficantes de flores

leon_de_aranoa  Traficaban con flores. En las puertas de los colegios vendían margaritas, y en los baños de las discotecas, caléndulas. Los nomeolvides los tengo muy buenos, decían a media voz en las calles del centro de la ciudad, al oído de los transeúntes. La policía decomisó un alijo de mimosas, el más grande incautado hasta la fecha en la Unión Europea. Patrulleras del instituto armado lo hallaron en los botes salvavidas de una embarcación de recreo, a cuarenta millas de la costa. Gregori Nicodeanu, ciudadano búlgaro, fue detenido en el aeropuerto de Barajas. Llevaba en un doble fondo de su maleta cinco kilos de azucenas.
Los padres empezaron a registrar las mochilas de sus hijos, colegiales aún, en busca de crisantemos. En los bolsillos del vaquero de Raúl he encontrado unos pétalos de rosa, le confiaba llorosa una madre a su amiga. Marta Menéndez le hizo jurar a su hijo adolescente que nunca más compraría claveles. Su padre, que si no fuera director de sucursal bancaria sería profeta, ya lo dijo un día: no me gustan nada los chicos esos con los que anda tu hijo.
Los pequeños camellos cayeron poco a poco, pero los grandes traficantes, como siempre, se fueron de rositas.

Fernando León de Aranoa
Aquí yacen dragones. Seix Barral, Biblioteca Breve.2013

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