2.071 – No hay que complicar la felicidad

MarcoDenevi34  Un parque. Sentados bajo los árboles, Ella y Él se besan.

-El: Te amo.
-Ella: Te amo.
Vuelven a besarse.
-Él: Te amo.
-Ella: Te amo.
Vuelven a besarse.
-Él: Te amo.
-Ella: Te amo.
Él se pone violentamente de pie.
-Él: ¡Basta! ¿Siempre lo mismo? ¿Por qué, cuando te digo que
te amo, no contestas que amas a otro? -Ella: ¿A qué otro?
-Él: A nadie. Pero lo dices para que yo tenga celos. Los celos alimentan el amor. Despojado de ese estímulo, el amor languidece. Nuestra felicidad es demasiado simple, demasiado monótona. Hay que complicarla un poco. ¿Comprendes?
-Ella: No quería confesártelo porque pensé que sufrirías. Pero lo has adivinado.
-Él: ¿Qué es lo que adiviné?
Ella se levanta, se aleja unos pasos.
-Ella: Que amo a otro.
-Él: Lo dices para complacerme. Porque yo te lo pedí. -Ella: No. Amo a otro.
-Él: ¿A qué otro?
-Ella: No lo conoces.
Un silencio. Él tiene una expresión sombría.
-Él: Entonces ¿Es verdad?
-Ella: (dulcemente) Sí. Es verdad.
Él se pasea haciendo ademanes de furor.
-Él: Siento celos. No finjo, créeme. Siento celos. Quiero matar
a ese otro.
-Ella: (dulcemente) Está allí.
-Él: ¿Dónde?
-Ella: Allí, detrás de aquellos árboles.
-Él: ¿Qué hace?
-Ella: Nos espía. También él es celoso.
-Él: Iré en su busca.
-Ella: Cuidado. Quiere matarte.
-Él: No le tengo miedo.
Él desaparece entre los árboles. Al quedar sola, Ella ríe.
-Ella: ¡Qué niños son los hombres! Para ellos, hasta el amor es un juego.
Se oye el disparo de un revólver. Ella deja de reír.
-Ella: Juan.
Silencio.
-Ella: (más alto) Juan.
Silencio.
-Ella: (grita) Juan!
Silencio. Ella corre y desaparece entre los árboles. Al cabo de unos instantes se oye el grito desgarrador de Ella.
-Ella: ¡Juan!
Silencio. Después desciende el telón.

Marco Denevi.
Falsificaciones. Thule ediciones S.L. 2006

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