2.003 – Premio imposible

alonso-ibarrola2-300x200  El tren marchaba lentamente, abarrotado de viajeros, que inundaban todos los departamentos y pasillos de los vagones. Mac, en su departamento, había repartido lápices y papel en silencio a sus compañeros de viaje que le miraron asombrados cuando explicó su comportamiento:
-Soy el representante de una importante sociedad filantrópica. Desde hace veinte años recorro el mundo tratando de entregar un millón de pesetas al suicida que escriba la mejor carta de despedida, pero nadie se anima a hacerlo. Todos empezaron a devolverle el instrumental, menos un señor de gafas, pequeño. Escribía y escribía. Al cabo de una hora entregó tres cuartillas a Mac. Éste comenzó a llorar emocionado nada más leer la mitad de la primera cuartilla.
-¡Por fin! -exclamó al terminar su lectura- ¡He aquí una carta digna de premio! Claro está -comenzó a decir lentamente- que para que… el premio pueda adjudicarse, es necesario… -miraba al hombrecillo fijamente-. En fin usted ya comprende… falta un requisito esencial… usted está vivo y…
El hombrecillo comprendió perfectamente. Se quitó las gafas cuidadosamente y las introdujo en el bolsillo de su chaqueta. Se dirigió a la ventanilla, la abrió con dulzura y exhibiendo una sonrisa vanidosa a sus compañeros de viaje, se lanzó al exterior, contraviniendo claramente la orden de un letrero que decía: «Prohibido asomarse al exterior».
Mac, con un gesto airado, se lamentó:
-¡Siempre me ocurre lo mismo, qué desgracia!
Y abriendo la portezuela del departamento, exclamó:
-¡Pase, señora, hay un asiento libre!

Alonso Ibarrola
No se puede decir impunemente ‘Te quiero’ en Venecia.Visión Libros. 2010
http://www.alonsoibarrola.com/

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