Le habían dicho que todos los americanos se lo hacen una vez al año; y los suizos también. Más valía prevenir… y aunque gozaba de una salud excelente a sus cuarenta y cinco años, se sometió a un chequeo médico, en una clínica particular. El precio le pareció elevado, pero «la salud no tiene precio» le dijo la bella enfermera que le atendió, muy sonriente. Antes de entregarle en mano el resultado del chequeo, el director del centro clínico quiso hablar con él a solas. Sintió que las piernas le flaqueaban… No debía haber consentido jamás someterse a un chequeo. Seguro que era cáncer… El doctor, amablemente, en tono confidencial, le advirtió que el cheque que les había dejado no lo habían podido cobrar por falta de fondos en su cuenta corriente. Se deshizo en excusas y subsanó el error.
Un comentario en «1.836 – El chequeo»
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Si es que a quién se le ocurre ir al médico no teniendo nada, ni dolores ni fiebre…
Un saludo.