De repente, tuve la idea de haber vivido ese momento en que tuve la impresión de haber vivido ese momento.
Armando José Sequera
De repente, tuve la idea de haber vivido ese momento en que tuve la impresión de haber vivido ese momento.
Armando José Sequera
Desde un tiempo, quienes se aventuraban a entrar al único callejón sin salida de la ciudad, desaparecían. Alerta a todo, el burgomaestre decidió poner allí un cartel de advertencia: «Solo sirve para salir»
Walter Garib
Los libros ocupan metros y muebles, los cortes se llenan de un polvo microscópico especialmente difícil de eliminar, pesan mas de lo conveniente cuando se agrupan en cajas para mudarse y, por lo general, nos mueven a la estupidez y al delito cuando intentamos relacionarnos con ellos: acumulación masiva, especulación cultural, tráfico de citas, angustia de usurero y desordenes afectivos.
Elena García de Paredes
Yo me siento orgulloso con mi caja de cerillas, que guardo celosamente en un bolsillo de mi chaqueta.
No son las parcas quienes cortan el hilo ni es la enfermedad ni la bala lo que mata. Morimos cuando, por puro azar, cumplimos el acto preciso que nos marcó la vida al nacer: derramamos tres lágrimas de nuestro ojo izquierdo mientras del derecho brotan cinco, todo en exactamente cuarenta segundos; o tomamos con el peine justo cien cabellos; o vemos brillar la hoja de acero dos segundos antes de que se hunda en nuestra carne. Pocos son los signados con posibilidades muy remotas. Matusalén murió después de parpadear ocho veces en perfecta sincronía con tres de sus nietos.
Raúl Brasca
Caperucita estaba aburrida: cada vez que un lector toma el libro y lee, termina primero baboseada y después tragada por el lobo, saliendo finalmente a través de una chapucera autopsia de cazador. Para acabar con este ciclo infernal, convenció a una amiguita de hacer sus veces y presentarse en la escena de marras con la canastilla munida de manjares. La abuela estaba muy viejita y no notaría la diferencia; le prometió cierto favor como recompensa, una vez la sencilla misión fuese cumplida.
Hoy amenacé a mi índice derecho con la amputación, si se le ocurría marcar el número telefónico de ella.
Aquel mosquito obtuvo como condena ir al teatro.
José Víctor Martínez Gil
Newton: La gente que come manzana cae mas aprisa.
Rafael Pérez Estrada
El viajero no acababa de llegar. Sus familiares le esperaban nerviosos. No se explicaban su tardanza. Se habían gastado una buena suma de dinero en la compra de aquella trampa y en adornarla con aquel pedazo de queso de la mejor calidad.
Julia Otxoa