¿A quien creer?

yoha-a-quien-creerUna vez un vecino pidió a Yoha que le prestase su burro, pero Yoha le contestó:
-El burro está en el mercado.
Apenas acabada la frase, el burro comenzó a rebuznar desde dentro del establo de Yoha, y el vecino, irritado, le dijo a Yoha:
-Ese que oigo es tu burro y no admites tenerlo aquí dentro. Yoha negó con la cabeza, diciendo:
-¡Cómo eres, crees a un burro y no crees a tu amigo!
Adaptación de Raghida Abillamaa

Sin palabras

DiegoGolombekLlegó el día en que se acabaron las palabras. No fue de repente: el vocabulario fue disminuyendo poco a poco, y la gente se quedaba con la boca abierta sin saber cómo nombrar una cosa o llamar a alguien. Hacia el final, sólo quedaban los gestos.
Sin embargo, existía la sensación de que aún había una palabra. Una sola palabra que todos tenían en la punta de la lengua pero nadie se atrevía a pronunciar por no gastarla y quedarse sin nada. Un día un chico que estaba jugando en la calle pensó en esa palabra y la dijo. Fue como si el mundo se paralizara por completo: la última palabra había sido dicha. La gente que la oyó descubrió que no era la misma palabra que cada uno de ellos tenía en la cabeza, y el mundo se llenó nuevamente de palabras nuevas, dichas de a una y que se perdieron en el viento para siempre.

Diego Golombek

Diluvio

Lilian Elphick4-¿Nombre?
-Grr.
-¿Cédula de Identidad?
-Fzzzt.
– Repita lentamente, por favor.
– F-z-z-z-t.
-¿Estado civil?
-…
-¿Le comieron la lengua los ratones?
-…
-¿Nacionalidad?
– Grrfzztroar.
-¡Déjeme ver, d,e, f, g… Lo siento. Su país no está en mi lista.
-¡Grrrrrrrr! ¡Grrfzztroar!
-Abandone el arca o si no llamo a fuerzas especiales. ¿Me entendió? ¡Siguiente!
Lilian Elphick

Como se rescata a un tacaño

yoha-rescatar-tacanoUn día, Yoha fue con unos amigos a pasear junto al río. Uno de ellos, famoso por su tacañería, se acercó al río para lavarse las manos, pero de repente resbaló y se cayó al agua.
Al no saber nadar, empezó a gritar pidiendo que le ayudasen. Todos fueron a su rescate y le tendieron las manos para que se sujetase, diciendo:
-;Danos la mano, Mustafá, danos la mano!
Pero él se quedó mirando con los ojos bien abiertos sin ninguna reacción.
Entonces llegó Yoha y les dijo:
-No podéis dirigiros de esa manera a una persona que no está acostumbrada a dar.
Los apartó y se dirigió a Mustafá:
-Toma, coge mi mano, Mustafá, ¡cógela!
Enseguida el hombre cogió a Yoha de la mano dándole las gracias y deseándole una larga vida.

Adaptación de Raghida Abillamaa