Huyó de If. Se hizo del tesoro. Lo invirtió en distintos negocios. Las ganancias le quitaron toda preocupación por el futuro. Se daba todos los caprichos. Se aburría. Viaja o lee, fue el consejo de un amigo prudente. Visitó La Mancha, estuvo con los del Liguria, acompañó a Nemo, habló con los cuatro hijos de Fiodor, té con Virginia en su habitación, una pinta de cerveza en un pub dublinés. Sin prisas fue llegando a viejo, ayudado por otras aventuras. Poco a poco se llenó de nostalgia. Supo entonces, por boca de un príncipe, de un país del cual jamás había regresado viajero ninguno. Sonriendo para sí, decidió visitarlo.
Categoría: Federico Patán
922 – El poeta se levanta
El poeta se levanta del lecho:
-¿Cómo dijiste que te llamabas?
-Beatriz.
-Ah sí, claro.