2.059 – El cantante…

espido_freire  El cantante de los ojos divinos llegó a la ciudad. Ella le siguió. Acudió al concierto. Logró arrojarle una carta que él, por casualidad, leyó. Concertó una cita; charlaron, pasaron la noche en un hotel. Se despidieron con pena. Le dedicó una canción. Ella estaba casada. Nunca pudo contárselo a nadie.

Espido Freire
Cuentos malvados. Paginas de espuma. 2010

2 comentarios en «2.059 – El cantante…»

  1. No escribo este comentario para que salga publicado sino porque se me ocurrre que es el modo en que poder ofrecerle este cuento, basado justamente en este de Espido Freire, por si pudiera ser de su interés.
    Como en un cuento de Espido Freire

    La tarde en que fue a la biblioteca a renovar el préstamo, la mujer abrió un libro de la estantería que llevaba por título Cuentos Malvados y comenzó a leer un relato de Espido Freire.
    Coincidió que, al igual que en el relato, a su ciudad había llegado también un cantante de ojos divinos. Y como había hecho la protagonista, la mujer decidió que debía seguirlo. Por eso acudió al concierto. Y le arrojó una carta que, a diferencia de lo ocurrido en la ficción, él nunca se molestó en leer.
    A partir de este punto, la historia resultó bien diferente a la que había encontrado en el cuento malvado: el cantante y ella no concertaron ninguna cita. No charlaron. Y no pasaron la noche en ningún hotel.
    Por eso, porque nada pasó, no se despidieron con pena al llegar la mañana. Ni él, el cantante de los ojos divinos, le dedicó una canción a ella, que no estaba casada ni habría de estarlo nunca.
    La historia sólo volvió a coincidir con el relato de aquel libro en la estantería de la biblioteca en la última de sus líneas. Puesto que tristemente nada había sucedido, ella, como la protagonista, “nunca pudo contárselo a nadie”.

    Se encuentra disponible en mi blog http://noeresunasolapersona.blogspot.com.es/

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