Era tan guapo, tan inocente, despertaba tanta lástima tras haber perdido a sus padres en aquel pavoroso incendio, su trauma era tan grande, que a los que le adoptaron ni se les ocurrió prohibirle que jugara con cerillas. A sus padres tampoco se les había pasado por la cabeza.
Categoría: Espido Freire
1.451 – Le rompió…
Le rompió las gafas y le robó el dinero sin compadecerse cuando lloraba por miedo a su padre. Pasó el tiempo. Él se hizo abogado, el otro niño, médico, y sólo recordó el incidente años después, cuando las puertas del quirófano se cerraron tras su hijo y de pronto descubrió que el nombre del cirujano le resultaba familiar.
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed . Páginas de espuma, 2010
1.307 – Llegó…
Llegó un momento en que hubo que decidir cuál de los dos moriría para alimentar al otro. Ella se ofreció, y él aceptó. Ella le pidió un beso, y él cerró los ojos. Sin inmutarse, ella le clavó un puñal, maravillándose, mientras lo comía, de su inmensa estupidez.
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed . Páginas de espuma, 2010
1.292 – Fue muy triste…
Fue muy triste dejarla en la perrera durante el verano, pero era imposible llevársela en el viaje. Cuando regresaron, meneó la cola con su eterna alegría y se tumbó en su cesta, tan cariñosa como siempre. Pero cuando desvalijaron la casa, ni siquiera ladró.
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed . Páginas de espuma, 2010
1.122 – Los cuentos 11
Llamó por él durante toda la noche, a gritos, pero el príncipe no regresó, y la rana saltó a la charca, rota en llanto, porque el día había llegado, alguien le había besado y su sapo de tantos años no volvería jamás.
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed. Páginas de espuma, 2010
1.088 – 13
En esta curva me maté yo, dijo la voz, y el conductor se volvió, perdió el control y el coche se estrelló en llamas y muerte. Las voces aplaudieron, y, pese a lo conocido de la táctica, admitieron de buen grado a la voz jovencita entre ellas.
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed. Páginas de espuma 2010
1.042 – Los cuentos 6
En la noche de bodas el príncipe descubrió que ella no era virgen. La princesa no se creyó obligada a dar ningún tipo de explicaciones. Al fin y al cabo, ¿a quién le importaba lo que hubiera ocurrido hacía ciento dos años?
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed. Páginas de espuma, 2010
1.020 – Ángeles 11
Traía el cielo en sus ojos. Sus manos, los labios, el pliegue fácil del cuello eran permisibles; pero no sus ojos sobrenaturales y llenos de nubes. No le vieron. Alguna mujer echó un vistazo codicioso a sus hermosas alas, pero nadie lo acogió, y esa noche durmió con frío y hambre en una calle adoquinada.
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed. Páginas de espuma, 2010
1.013 – Ángeles 1
Cayó del cielo con un ala de plumas blancas rota. Los niños le ayudaron a levantarse, lo rodearon mientras lo observaban con admiración y luego lo apedrearon hasta que murió.
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed. Páginas de espuma, 2010
1.009 – El espejo 12
Tras el espejo roto apareció la mitad de un mapa con tesoro. Rompieron el resto de los espejos. No encontraron nada, salvo un increíble número de años de mala suerte. Escondidas al otro lado del cristal, las voces se reían y celebraban la broma.