1.564 – La frase final

raul ariza escritor 01 No consigo olvidarte. Y me dueles.
Este es el final de esa carta que hoy ya ha reescrito tres veces. Una frase contundente. Piensa. Contundente y emotiva. Se dice con una sonrisa complaciente.
Luego la ha firmado con su inicial, como hacía con los mails que le envió hasta conseguir enamorarla, y la ha metido en un sobre.
Pero aunque esta noche se acueste convencido de lo contrario, mañana no llegará a enviarla. Seguro que la sueña conmovida. Quizá incluso la imagine leyéndola con los ojos arrepentidos. Temblorosa, ante esta confesión de amor nocturna. Pero ni aún así llegará a mandarla.
Mañana, a la luz de la rutina, cuando lo cotidiano le impida volver a proyectar el color de su sonrisa, la voracidad de sus besos, o la forma de su cuerpo ovillado en el sofá, recordará que tampoco fue tan feliz a su lado. Conduciendo hacia el trabajo se dirá que la quiso mucho, sí, pero que ya no recordaba la última vez que ella le dio motivos para saborear el temblor del goce, o el pálpito de la aventura. Que la quiso de verdad, sí, pero que desde hacía ya mucho tiempo sus manías le resultaban trincheras insalvables, y aquellos feroces prontos de su genio, disparos imposibles de esquivar. Y entonces romperá el sobre, haciéndolo añicos y esparciéndolos al viento mensajero.
Pero cuando de nuevo se le venga encima la tarde temprana, cuando acabe la jornada y regrese al silencio de su casa, cuando vuelva a pasar por delante del espejo en el que un día se positivó el contorno de su hermosura, volverá a coger el bolígrafo y un puñado de folios.

Raul Ariza

La suave piel de la anaconda – ed. Talentura – 2012

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