Después de incontables generaciones de monos golpeando teclas al azar durante miles de años, uno de ellos consigue por fin escribir El rey Lear. Hace tanto tiempo, sin embargo, que el idioma inglés fue completamente olvidado, que los sucesores del experimento no encuentran lógica alguna en aquel mazo de papeles y lo arrojan sin vacilar a la trituradora.